El futuro de las ciudades pasa por un uso energético cada vez más responsable, lo que exige un aumento de los vehículos eléctricos y, con ello, nuevas demandas eléctricas, como la recarga de dichos vehículos. Aunque es cierto que, desde hace tiempo, existen tarifas eléctricas especiales para vehículos eléctricos, lo cierto es que la carga más sostenible para este tipo de vehículos es la carga solar.
En este artículo abordamos todas tus dudas sobre cómo aprovechar la energía solar de las instalaciones fotovoltaicas para cargar vehículos eléctricos. Además de generar tu propia energía, también estás contribuyendo a proteger el medio ambiente ya que estamos reduciendo el uso de combustibles fósiles.
¿Cómo funciona la carga de un coche con energía solar?
Podemos decidir tener una instalación fotovoltaica en nuestra casa en algún momento. Esto tendrá una cierta cantidad de generación de energía (1% a las 9:00 am, 100% de capacidad a las 12:00 y 1% a las 18:00, lo que resulta en una curva).
Si durante la generación fotovoltaica consumimos en casa, siempre que sea inferior a la generación eléctrica, se consumirá directamente de la instalación fotovoltaica, sin consumir de la red eléctrica general.
Sin embargo, las instalaciones fotovoltaicas que sólo cargan vehículos eléctricos por la noche no son las más adecuadas. En este caso, lo único que hacemos con la energía sobrante es inyectarla a la red, y la compañía eléctrica lo compensa.
Si podemos superponer la carga del coche con la fotovoltaica, sí, podemos decir que estamos cargando el coche con energía solar, pero hay que ver cuánta potencia necesita el coche y cuántas horas tarda en cargarse.
Aspectos a tener en cuenta en la carga solar de un vehículo eléctrico
Para cargar vehículos eléctricos mediante energía solar hay que tener en cuenta una serie de factores:
- Consumo diario del vehículo eléctrico
En este caso no hablamos de gasolina, sino de kilovatios por hora (kWh) cada 100 kilómetros. Aunque puede haber ligeras diferencias, en general, los vehículos eléctricos consumen entre 14 y 21 kilovatios cada 100 kilómetros.
- Potencia contratada y velocidad de carga
Es decir, tenemos que saber cuál es nuestra potencia contratada para saber si nuestra casa puede asumir consumos adicionales y otros consumos de electrodomésticos que se van a utilizar. Dependerá de cuánto tiempo vamos a cargar el vehículo y cuántos kilómetros vamos a recorrer. Si queremos cargar la batería en menos tiempo, necesitaremos más energía y por tanto más electricidad contratada.
Teniendo en cuenta que la potencia media de contrato para cualquier vivienda ronda los 4-5 kW como máximo, y que un coche puede recorrer unos 200 km con 1 hora de carga, necesitaríamos 40 kW. Así que abandonamos la idea de una carga muy rápida en casa.
- La ubicación geográfica
La cantidad de paneles y el tipo de paneles variarán según las horas de radiación solar en tu casa y su ubicación y orientación.
- Rentabilidad de la carga solar
La forma más habitual de cargar un vehículo eléctrico en casa es instalar un Wallbox o utilizar un enchufe convencional.
Teniendo en cuenta el precio del diésel y del kW/h, podemos ver las ventajas que ofrece la energía solar. Si tomamos el precio medio del gasóleo a 1,20 EUR/litro, el coste de conducir 100 km está entre 6-8 EUR.
En cambio, si cargamos el coche con energía solar y ponemos un precio de 0,10 euros el kWh, recorrer la misma distancia cuesta 1,80 euros.
- Problemas de la carga solar
Hay algunas limitaciones que no podemos ignorar, y es que el automóvil debe cargarse al máximo para que esté listo y listo para su uso inmediato. Esto es paradójico porque es durante el día que lo usamos para movernos o ir a trabajar. La forma ideal y más común es poder usar la red para cargarlo por la noche.
La región en la que vivimos o la época del año también hace la diferencia, cuando tenemos lluvia o falta de luz solar, tendremos que recurrir a sistemas heredados (cargas de la red doméstica) para obtener soporte.